La violencia de Temucuicui es estatal
Autor: Jaime Sáez Quiróz
martes, 19 de enero de 2021
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El mismo día que se diera el veredicto del caso Catrillanca se realizó un operativo con más de 800 efectivos de las fuerzas de Orden y Seguridad para allanar la comunidad, culminando con la lamentable muerte de un funcionario de la PDI. Esto se suma a la arbitraria detención de la familia Catrillanca, que con mucha violencia fueron reducidas mientras intentaban movilizarse hacia Angol. Este procedimiento incluyó a la hija de Camilo, quien a sus 7 años ha podido ver y percibir en carne propia el racismo institucional hacia el pueblo-nación mapuche.
Es aberrante presenciar tanta injusticia e indolencia por parte del Estado. ¿Quién tuvo el poco tino de autorizar un allanamiento de tal envergadura el mismo día que se dicta el veredicto de tan simbólico caso? ¿Cuántas excusas se tienen que inventar para justificar tal nivel de militarización y violencia estatal? ¿Cuántas muertes más tendremos que presenciar para que el Estado chileno transforme una política que ha demostrado ser fallida a todos sus niveles?
En Temucuicui el Estado pasa a llevar a las comunidades y a personas inocentes, mientras la autoridad se lava las manos y no reconoce la necesidad de cambiar el enfoque fracasado que se ha ejecutado hace décadas. En él ha predominado la violencia estatal en una situación de asimetría de poder, mientras se mantiene el silencio ante la demanda de autonomía.
Un nuevo entendimiento con los pueblos originarios que conviven en el territorio debe partir por justicia y reparación. La criminalización del pueblo mapuche debe acabar y para eso, es necesario que se exijan las responsabilidades políticas correspondientes. Sin duda la nueva Constitución puede trazar una hoja de ruta de reconocimiento, autonomía y plurinacionalidad, sin embargo, el Estado de Chile debe tomar acción en que acontecimientos como los que presenciamos el 7 de enero no vuelvan a ocurrir nunca más.
En las distintas regiones del sur de nuestro país la población indígena constituye al menos un cuarto de nuestra población. Valoramos enormemente el aporte que han hecho a nuestra identidad colectiva e historia política común, por lo que nos parece aberrante la manera en la que el Estado chileno enfrenta la disputa territorial que ocurre en nuestras tierras. Estamos cansados de ser un campo de batalla que la violencia estatal ha ido construyendo con su constante política agresora.
Sin lugar a dudas, parte importante de la incapacidad crónica de dar una solución a este conflicto obedece a la centralización del poder político existente en nuestro país. En ese sentido, en estos meses contamos con una oportunidad única en nuestras regiones para para discutir y proponer un camino de justicia y reparación en este conflicto. El proceso de elección democrática de los gobernadores regionales en la zona sur no puede ignorar este debate. Si el gobierno central no ha sido capaz de construir ese proceso, corresponde a los habitantes y autoridades de nuestra tierra hacerlo.
Ve esta columna en: https://lavozdelosquesobran.cl/la-violencia-de-temucuicui-es-estatal/
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